El jueves tuve la oportunidad de asistir a la ceremonia de ciudadanía de una de mis amigas. Me emocionó muchísimo tener la oportunidad de presenciar ese momento en el que oficialmente más de 100 personas se volvieron ciudadanos de Canadá, con todos los derechos y obligaciones que ello implica. Y pues yo con emoción soñaba con el día en el que yo también me vuelva ciudadana, gracias a que los mexicanos ya podemos tener otra ciudadanía sin renunciar a la mexicana.
Y muchos de ustedes me dirán: ¿Qué no eres ciudadana si te casaste con un canadiense? Ahhhh! Ese es un gran mito!! El matrimonio no te otorga la ciudadanía, por lo menos no en este país. Para ser ciudadano hay que cumplir con ciertos requisitos, entre ellos ser residente permanente, no tener antecedentes penales, haber vivido en Canadá 1095 días (contantes y sonantes), hacer un examen de conocimientos generales sobre Canadá (historia, geografía, sistema de gobierno) y por supuesto, pagar las cuotas correspondientes.
Yo actualmente soy residente permanente, eso quiere decir que legalmente puedo vivir, estudiar, trabajar en Canadá y tener acceso a todos los servicios públicos. Obvio también hay obligaciones, como pagar impuestos. Lo que no puedo hacer como residente es votar. Ya para ello habrá tiempo mas adelante.
Para poder ser residente hay varias opciones: una de ellas es venir como trabajador calificado ("skilled worker"). Para este tipo de visa hay que hacer una serie de trámites en la embajada de Canadá en la ciudad de México. Básicamente se califica al individuo como una persona con potencial para vivir en Canadá de acuerdo a su situación familiar, educación, profesión, posibilidad de ejercer una profesión en Canadá, dominio del o los idiomas oficiales (inglés y francés) y pues actualmente este trámite está tardando más de tres años. Otra opción es venir con visa de trabajo, que para ello basta con que una empresa te contrate y pues los trámites se aceleran. El detalle es que muy difícilmente una empresa contrata a un extranjero que no es residente permanente. Y pues para buscar trabajo hay que ser residente permanente… O sea que es como un círculo vicioso. Si vienes a buscar trabajo no te contratan y si vives en México y no tienes documentos ¡pues tampoco! Es una opción que yo veo como bastante difícil, pero hay casos.
Otra alternativa es venir como inversionista. Se presenta una propuesta de inversión de negocio en Canadá y te dan una visa de entrepernar o Emprendedor. La cosa es que para calificar para esta visa hay varias restricciones con respecto al monto de la inversión, el tipo de negocio, etc.
Y pues una más, es como yo le hice: casándote con un ciudadano canadiense. En este caso el trámite tiene varios pasos: el primero es que tu esposo ciudadano solicite ser tu “sponsor” o digamos, tu patrocinador, la persona que te va a traer a Canadá y hacerse responsable de ti. Se meten los papeles y si el ciudadano es aceptado (cubriendo los requisitos de solvencia económica, no tener antecedentes penales, entre otras cosas) entonces se aprueba y se pasa a la siguiente etapa donde se aprueba a la persona que quiere venir a Canadá. Para ello hay llenar una serie de documentos y requisitos, entre otras cosas demostrar que la relación es genuina (ahí se incluyen las fotografías, las fotos de la boda, las cuentas telefónicas, las cartas de amor, los mails y tooooodo aquello que sirva de evidencia), y pasar un examen médico. Cuando todo está listo, se envía a la organización correspondiente en Canadá y ellos de ahí distribuyen los papeles a quien le corresponda hacerlo, por ejemplo, mis papeles los mandaron a la embajada de México. Si el proceso va bien y avanza, te dan luz verde para obtener la carta de no antecedentes penales. También es posible ser llamado a una entrevista para ahondar en la investigación (a mi no me pidieron eso). El proceso en mi caso fue muy rápido, desde que Mark inicio con su trámite hasta que me otorgaron la visa pasaron tres meses y medio. En México el tiempo más o menos normal es 6 meses a un año. Hay países que tardan hasta 5 años ¡o mas!
También se puede hacer este trámite dentro de Canadá, es decir, te casas y te vienes a vivir para acá. El detalle es que ese trámite va a una oficina mucho mas saturada y tarda mucho más tiempo, hasta dos años. Y no puedes trabajar, en algunos casos no se puede estudiar, ni tienes acceso a servicios de salud, estas más limitado. La ventaja es que estás junto con tu ”amado”, pero pues en una situación un poco tensa. Para ayudar un poco se te puede otorgar como primer paso un permiso de trabajo mientras el proceso sigue su curso. Pero para este permiso, a veces pasa mas de un año.
Y pues otra opción es venir como refugiado. Eso aplica para personas que vienen de países en guerra, que sufren persecución religiosa, política o de cualquier índole. Canadá les abre las puertas y les da la oportunidad de analizar sus casos. Mientras se decide si se otorga la residencia o no, el refugiado tiene acceso a servicios y atención por parte del gobierno. El problema con esto es que muchos individuos han abusado de la buena voluntad de Canadá y piden refugio por cualquier cosa, por eso… a México se le impuso el año pasado la visa de turista. Pero bueno… ¡esa es otra historia!
Canadá es un país muy abierto a recibir inmigrantes, pero tampoco es tan fácil. En mi caso puedo decir que el proceso fue laborioso pero nada complicado. Se vuelve tedioso porque hay que incluir muchísima documentación, pero los formatos e instrucciones son muy claros y si se siguen los pasos tal como lo indican no se tiene ningún problema. Si alguien está interesado en convertirse en residente de este país, les recomiendo consultar la página web de la Embajada de Canadá. Ahí está toda la información. Es mucho trabajo, pero bien vale la pena tener la oportunidad de vivir legalmente en este país y disfrutar de todo lo que como inmigrantes Canadá nos ofrece.
Les sigo contando….
